Una pequeña visita "To the Other Side"

Una pequeña visita "To the Other Side"
Cimetière Père-Lachaise

jueves, 28 de febrero de 2008

2:14 AM





¿Dónde Estas? ¿Dónde tus ojos ocultan sus fulgores? En medio de las luces parpadeantes de una noche oscura y sin luna, a través de una ciudad vacía y convulsionada, dominada por la incertidumbre del devenir, por la angustia de los ruidos sordos que la permean.

¿Dónde se ocultan tu mirada?

Si las calles son planas y sombrías, si los transeúntes son erráticos y amorfos; si la vida pasa desprevenida por las avenidas sin hacer parada alguna.

Si los sueños se escapan por entre las manos corriendo hacia los sucios callejones en los que sus propias sobras los consumen, los toman por el cuello hasta asfixiarlos, mientras caen con desgano y sin fuerzas en una esquina olvidada.

¿Dónde en medio de tanta humanidad pueden ocultarse tus ojos?

No logro observarlos, no los encuentro al cruzar los andenes como un desesperado; me fundo en la noche para buscar su rastro, con el deseo de poder encontrarlos.

Solo los siento sobre el horizonte desviando la mirada, ocultándose entre las nubes, entre la niebla que cubre los cerros, que esconde la salida del sol.

¿Como podrías estar allí? Tan inmóvil, tan paciente, tan cautelosa, mientras los otros transitan dando tumbos, desvelándose noches enteras en busca de un sin sentido que les de la tranquilidad para regresar a la cama y conciliar el sueño.

¿De que manera es posible? Que me encuentre con muchos “yo”, con muchos “aquel” y con muchos “ese”, que recorren cuadras enteras bajo la lúgubre luz amarilla, que ilumina el ahora y opaca el luego, que no deja ver mas allá del pobre momento en el que me encuentro derrotado observándola.

La verdad no entiendo, no entiendo que no hallas podido encontrarme entre la multitud urbana, entre la multitud nocturna que sirve de utilería a una ciudad muerta, en blanco, sin identidad; una ciudad que ya no marca los registros del tiempo, del ir ni del devenir; una ciudad sin cuerpo, sin forma, que es de todos pero para ninguno; una ciudad estancada en un eterno presente que no permite que se le imprima ninguna esencia.

Logro entender solo un poco más porque no puedo conciliar el sueño; porque la cabeza entra y sale de la habitación, encontrándose conmigo en la cama, resintiéndome por el frio de la calle, tratando de saber que hora es mientras me pregunto ¿Por qué tú tampoco puedes dormir?

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